Muchos pacientes se diagnostican en etapas muy tempranas de la enfermedad, antes de presentar ningún síntoma gracias a los programas de detección precoz poblacionales mediante la realización de mamografías.
En otros casos el diagnóstico se realiza cuando el paciente tiene alguna molestia o cambio debido al tumor. Los signos o síntomas más frecuentes son:
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Notar la presencia de un bulto o masa en la mama o axilas.
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Notar deformidad en la mama: aumento de tamaño o hundimientos en alguna zona.
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Cambios en el pezón: inversión o desviación, descamación.
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Secreción de líquido o sangre por el pezón.
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Cambios en la piel: enrojecimiento, textura distinta como la piel de una naranja, engrosamiento de la piel.
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Dolor, más allá de los cambios por el ciclo menstrual, en el pecho o la axila.
Si usted, presenta cualquiera de estos síntomas debe consultar de manera inmediata con su médico o ginecólogo para que se realice una exploración completa y descartar la presencia de un cáncer de mama.