Los pacientes pueden presentar una serie de síntomas y signos relacionados con su enfermedad y con los distintos tratamientos utilizados: quimioterapia, terapias dirigidas, radioterapia, etc. Los efectos secundarios de cada tratamiento están determinados por una serie de factores:
- La enfermedad: tipo, localización y la extensión del cáncer
- El tratamiento: fármacos, esquemas y dosis utilizados
- El paciente: edad, tratamientos previos (cirugía, radioterapia), otras enfermedades asociadas y estado de salud general.
Por lo tanto, los efectos secundarios y la experiencia de cada paciente durante el tratamiento son INDIVIDUALES. Es decir, NO todos los pacientes presentan todos los síntomas, ni los presentan con la misma intensidad.
- Alteraciones en la piel, las uñas y el cabello. Estos efectos, aunque no son graves pueden tener un gran impacto en la calidad de vida, al alterar la percepción de la imagen corporal. La alopecia o caída del cabello es un efecto típico de muchos tipos de quimioterapia. El cabello empieza a caer tras 2 o 3 semanas de administrado el primer tratamiento. En la mayoría de los pacientes es un efecto secundario temporal y el cabello vuelve a crecer, después de 2 o 3 meses tras el último ciclo de quimioterapia.
- Cansancio o astenia. Los distintos tratamientos unidos a un cambio en las rutinas de los pacientes (más sedentarismo, baja laboral, etc.) favorecen la aparición de cansancio. Es importante intentar mantener una actividad física regular, de acuerdo con las capacidades de cada paciente. El mantener un nivel mínimo de actividad física (por ejemplo, caminar) es la mejor manera de disminuir el cansancio relacionado con el cáncer y los tratamientos. Es importante intentar mantener una rutina diaria y continuar realizando las actividades cotidianas que sean posibles.
- Pérdida de apetito y cambio de sabor de las comidas. Es un efecto secundario muy frecuente en los pacientes que reciben quimioterapia. La falta de apetito en sí misma no es grave, sin embargo, a medio y largo plazo puede provocar pérdida de peso y desnutrición. No tiene un tratamiento específico, pero intentar mantener una dieta variada, con varias comidas al día y evitando las comidas que le desagradan puede ayudar a afrontarlo.
- Alteraciones sanguíneas. La quimioterapia afecta las células encargadas de producir los elementos de la sangre: glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos (defensas). La neutropenia o “bajada de defensas”, suele aparecer después de una semana de administrado el tratamiento. Sucede siempre, pero pasa inadvertida la mayoría de las veces, a no ser que el paciente presente una infección. Las infecciones suelen manifestarse con FIEBRE, (temperatura de más de 38ºC). Es por ello, que siempre deberá consultar con un médico de manera inmediata, ante la aparición de fiebre durante el tratamiento. Siempre será necesaria una exploración física completa y la realización de una analítica. Su médico valorará la necesidad de recibir antibióticos por vía oral o intravenosa y la necesidad de ingreso.
- Mucositis o inflamación de mucosas. La quimioterapia y la radioterapia puede dañar las células de la mucosa que recubre todo el tubo digestivo (desde la boca hasta el intestino). Se puede manifestar con la aparición de enrojecimiento o úlceras dolorosas en la boca y dificultad para tragar. Cuando afectan al intestino puede aparecer diarrea.
- Diarrea. La diarrea es el aumento en el número o cantidad de las deposiciones habituales de cada paciente, asociado a una disminución en la consistencia de estas. La diarrea puede ser secundaria a múltiples causas: quimioterapia, inmunoterapia, terapias orales, radioterapia sobre la pelvis y abdomen, cirugías de resección de una parte del tubo digestivo, enfermedades infecciosas y la propia enfermedad. Si usted presenta diarrea lo más importante es evitar la deshidratación y a largo plazo la desnutrición y pérdida de peso.
- Estreñimiento. Durante el tratamiento oncológico, los cambios en las rutinas, como el sedentarismo; cambios en la dieta y algunos de los medicamentos que se utilizan para prevenir los vómitos pueden favorecer la aparición o el empeoramiento del estreñimiento. Es importante, cuando aparece, tratarlo de forma enérgica y temprana. Muchos pacientes le restan importancia y puede provocar una gran incomodidad a la persona que lo sufre y empeorar otros síntomas como las náuseas, vómitos, pérdida de apetito, etc.
- Náuseas y vómitos. Son un posible efecto secundario de muchos tratamientos. La duración de las náuseas y los vómitos es muy variable. Hay pacientes que las sufren durante un solo día o menos, y hay otras pacientes que pueden notar molestias durante una semana o más. Su médico le explicará en cada caso los medicamentos que puede tomar antes y/o después de cada dosis de quimioterapia para PREVENIR las náuseas y los vómitos de manera óptima. Las náuseas y los vómitos leves se pueden controlar en casa, pero si son abundantes y frecuentes; pueden causar deshidratación, alteraciones en la analítica y pérdida de peso.
- A largo plazo algunos fármacos pueden ocasionar lesiones cardíacas o de manera muy infrecuente segundos tumores. La mejor manera de evitar la toxicidad sobre el corazón es valorar cómo está nuestra salud cardíaca antes de iniciar el tratamiento, a través de pruebas como la ventriculografía o la ecocardiografía.
- Infertilidad: muchos tratamientos, especialmente la quimioterapia, pueden provocar daños en el los órganos reproductivos (ovarios) y alteraciones hormonales que pueden conducir a alteraciones menstruales transitorias, menopausia precoz y/o infertilidad permanente. Es indispensable discutir con su médico el deseo de embarazo en el futuro antes de iniciar cualquier tratamiento.
- Linfedema: El linfedema es un aumento anormal de líquido por un fallo o alteración de la capacidad de transporte del sistema linfático. Se manifiesta por un aumento del tamaño de un miembro (brazos o piernas), aparte de dolor y pesadez, entre otros síntomas. Su tratamiento es a base de fisioterapia. Aunque todavía no existe una cura definitiva, existen diferentes consejos a seguir para la prevención de su aparición.