Durante el tratamiento de quimioterapia es frecuente que se produzca sobrepeso, pero este aumento no solo debe atribuirse a los medicamentos utilizados, sino que también a una falta de ejercicio físico y a un desequilibrio de la dieta, en la que muchas veces están presentes alimentos con un gran contenido en azúcar.
Los dos factores claves para la prevención del aumento de peso son la alimentación y el ejercicio; con ellos podemos controlar la ingesta de calorías y su utilización respectivamente.
En lo referente a la alimentación y antes de empezar a dar algunos consejos, es importante advertir que durante el tratamiento no se deben realizar dietas de adelgazamiento, ni se debe intentar perder peso, pero si es importante no excederse en las calorías.
Aunque no existe ninguna dieta específica para poder controlar el peso, la mejor recomendación es seguir una dieta equilibrada en la que estén incluidas las siguientes recomendaciones:
El desayuno debe realizarse todos los días después de levantarnos o al cabo de una hora. Deben estar presentes alimentos del grupo de los farináceos (tostadas integrales, cereales integrales, etc.), un zumo de vegetales y frutas -para disminuir el aporte de azucares-, y podemos optar por un vaso de leche semidesnatada o una bebida de arroz o avena sin azucares añadidos.
Es importante que en las dos comidas principales del día (comida y cena) estén presentes tres grupos de alimentos, que son:
- los vegetales, un grupo de alimentos ricos en fibra que nos ayudaran aumentar la saciedad, nos portaran muchas vitaminas y una gran cantidad de antioxidantes;
- los alimentos ricos en proteína (huevos, pescado, carnes blancas y legumbres) que van a contribuir en la regeneración de las células y a potenciar el sistema inmunológico
- y los alimentos farináceos (cereales, pan integral, patata, legumbres), que nos aportaran una dosis de energía imprescindible y que no es necesario que sean grandes cantidades, pueden estar presentes como un primer plato o como acompañamiento. Aunque no es necesario tomar un postre después de las comidas, una opción sería una fruta, unos frutos secos o un yogurt bajo en grasa.
Ejemplos de menú -a media mañana y media tarde podemos elegir entre un yogurt o un zumo de frutas y vegetales, acompañados de unos frutos secos-:
- un arroz con verduras, un pescado al horno y un yogurt;
- puré de verduras (zanahoria, calabacín, calabaza) con patata y una tortilla de queso y de postre una manzana al horno.
El consumo de frutas es necesario, pero teniendo en cuenta su contenido en azucares mejor limitarlas a máximo dos al día y aumentar la ingesta de vitaminas y minerales con la elaboración de zumos a base de vegetales.
Evitar el consumo de azúcar, sal, y alcohol, así como de los platos precocinados y que pueden incorporar sal, grasa saturadas. Evitar también los embutidos que contienen una gran cantidad de sal y grasa saturada.
Es importante cocinar con aceite de oliva y utilizar técnicas de cocción que requieran poco aceite como son el papillote, el horno y guisados con poco aceite.
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