El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres.También puede manifestarse, aunque es poco frecuente, en hombres. Una característica distintiva de muchos casos de cáncer de mama es su dependencia de hormonas, específicamente del estrógeno y, en menor medida, de la progesterona. Aproximadamente el 70-80% de los cánceres de mama tienen un componente hormonal, lo que significa un aumento de receptores hormonales en la superficie de las células cancerosas. Estos cánceres son conocidos por ser hormonosensibles (tienen "receptores hormonales positivos" ). Para comprender mejor este fenómeno, es esencial tener un conocimiento básico sobre el papel fundamental que desempeñan las hormonas en el cuerpo humano.
Función de las hormonas en el cuerpo humano
Las hormonas son mensajeros químicos producidos por las glándulas endocrinas y liberados en el torrente sanguíneo. Actúan como reguladores del funcionamiento de diversos sistemas y órganos en el cuerpo.
En el contexto del cáncer de mama, el estrógeno y la progesterona, dos hormonas femeninas esenciales, juegan un papel fundamental. Estas hormonas son responsables de regular el ciclo menstrual, el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios que se desarrollan en la adolescencia y la preparación del útero para un posible embarazo. Sin embargo, también pueden tener un impacto en el crecimiento y desarrollo de células mamarias, lo que puede ser explotado por el cáncer.
Los cánceres de mama hormonosensibles se caracterizan por la presencia de receptores de estrógeno y/o progesterona en la superficie de las células cancerosas. Estos receptores actúan como puertas de entrada para las hormonas. Cuando las hormonas se unen a estos receptores, pueden estimular el crecimiento y proliferación de las células cancerosas. Este proceso puede llevar al desarrollo y progresión del cáncer de mama.
Hay dos familias de fármacos que se emplean para controlar la enfermedad, los inhibidores de la aromatasa y el tamoxifeno.
Diferencias entre los inhibidores de la aromatasa y el tamoxifeno
Inhibidores de la Aromatasa
Los inhibidores de aromatasa son medicamentos utilizados en el tratamiento del cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas. Los inhibidores de la aromatasa reducen los niveles de estrógeno al impedir que una enzima del tejido adiposo, la aromatasa, transforme a otras hormonas en estrógeno.Estos medicamentos reducen los niveles de estrógeno circulante.
Uso: Los inhibidores de aromatasa se utilizan principalmente en mujeres postmenopáusicas, ya que su producción de estrógeno proviene principalmente de las glándulas suprarrenales, el tejido adiposo y no de los ovarios.
Efectos Secundarios: Pueden causar efectos secundarios como dolor articular y muscular, sequedad vaginal, cambios en los niveles de lípidos en sangre y osteoporosis.
Tamoxifeno
El tamoxifeno es otro medicamento utilizado en el tratamiento del cáncer de mama, pero su mecanismo de acción es diferente al de los inhibidores de aromatasa. El tamoxifeno actúa como un modulador selectivo de los receptores de estrógeno (SERM). Bloquea los receptores de estrógeno en las células mamarias, evitando que el estrógeno se una a ellos y estimule el crecimiento celular.
Uso: El tamoxifeno puede utilizarse tanto en mujeres premenopáusicas como postmenopáusicas, ya que bloquea los efectos del estrógeno en el tejido mamario.
Efectos Secundarios: Puede tener efectos secundarios como sofocos, riesgo de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, así como aumento del riesgo de cáncer uterino en algunos casos.
Similitudes entre los inhibidores de la aromatasa y el tamoxifeno
Prevención de recurrencia: Tanto los inhibidores de aromatasa como el tamoxifeno son utilizados para prevenir la recurrencia del cáncer de mama en pacientes que ya han sido tratadas por la enfermedad.
Es importante destacar que la elección entre inhibidores de aromatasa y tamoxifeno depende de varios factores, incluida la menopausia de la paciente, la naturaleza del cáncer, el género y otros factores médicos. Siempre es crucial seguir las indicaciones médicas y mantener una comunicación abierta con el equipo médico tratante.